Capítulo 1: Marte


 

Capítulo 1: Marte

«Somos una imposibilidad en un universo imposible.» (Ray Bradbury)


 

Marte es, con diferencia, el planeta del Sistema Solar que más similitudes comparte con la Tierra y, por tanto, un objetivo prioritario en la conquista espacial. Incluso se considera que, en algún momento del pasado, el planeta rojo llegó a albergar grandes masas de agua, océanos, lagos y ríos que fluyeron entre valles y fértiles tierras.

De ese rico pasado, datado en torno a hace 4.000 millones de años, en la llamada Era Noeica, apenas quedan rastros de lo que debió ser un ecosistema que, en ciertos aspectos, se asemejaba mucho al terrestre. Sin embargo, cataclismos sin precedentes en el Sistema Solar y la carencia de una tectónica de placas activa que facilitase la existencia de una atmósfera estable terminaron por arruinar en poco tiempo un proyecto de planeta habitable.

Aún hoy son visibles las huellas de aquella corta etapa: profundas gargantas por donde fluyeron ríos de agua; sinuosos valles circundados por montañas que ya no son más que pedregales; acantilados que delimitan antiguas extensiones de agua en forma de océanos y mares; lagos secos y cauces cincelados en el suelo marciano, todo ello fruto de una naturaleza salvaje que fue angostándose al transcurrir la eras.

A pesar de todo, Marte no es un mundo muerto. En absoluto. El planeta rojo presenta grandes extensiones de hielo en sus casquetes polares que cambian con las estaciones. Enormes campos de dunas son mecidas de un lado para otro por el viento marciano, al tiempo que pequeños flujos estacionales de agua se precipitan por antiguas torrenteras polvorientas y los géiseres escupen hielo frío durante la primavera polar.

En definitiva, un mundo vivo, misterioso a su modo, virgen y aún por explorar.


 

Características físicas

Marte se formó hace 4.550 millones de años en la misma zona nebulosa que Venus y la Tierra, y en el mismo periodo de tiempo. Por lo tanto, se podría afirmar que los tres planetas están emparentados en cierta medida. Sin embargo, el devenir de Marte en su formación resultó muy diferente al de sus hermanos más próximos del Sistema Solar.

Para empezar, Marte se formó a una velocidad muy rápida, mientras que la Tierra (o Venus), se formaron a partir de rocas embrionarias que se consolidaron en un único planeta a medida que chocaban entre sí. Marte nunca llegó a colisionar con ningún otro cuerpo celeste con el que consolidarse. Eso explica por qué el planeta rojo posee un tamaño más reducido en comparación con sus vecinos.

Precisamente su pequeño tamaño facilitó que el planeta se enfriara muy rápido y cesara su actividad volcánica. Este hecho redujo drásticamente la emisión de gases CO2 e impidió la creación de una atmósfera que mantuviera las temperaturas óptimas durante el tiempo preciso. Si en algún momento de la historia llegó a poseer una atmósfera estable y apta para la vida, ésta debió durar muy poco.

Por otra parte, Marte posee una órbita muy excéntrica, por lo que su distancia relativa con respecto al Sol (y a la Tierra), puntualmente se ve reducida en cientos de millones de kilómetros. Asimismo, el día marciano es muy similar al terrestre. Su duración aproximada es de 24 horas y 40 minutos. Mientras que su traslación alrededor de Sol está calculada en 687 días terrestres.


 

****RECUADRO: Marte en números****

Distancia desde la Tierra: 55.000.000 / 400.000.000 km

Diámetro: 6.794 km

Superficie: 144.798.500 km2

Gravedad: 3,711 m/s2


 

Composición:

CO2 95,32 %

Nitrógeno 2,7 %

Argón 1,6 %

Oxígeno 0,13 %

CO 0,08 %

Vapor de agua 0,021 %

Óxido nitroso 0,01 %

Neón 2,5 ppm

Agua pesada 0,85 ppm

Criptón 0,3 ppm

Formaldehído 0,13 ppm

Xenón 0,08 ppm

Ozono 0,03 ppm

Peróxido de hidrógeno 0,018 ppm

Metano 0,01 ppm

****FIN DEL RECUADRO****


 

Areografía

La areografía es la ciencia que estudia la superficie y características geográficas y físicas de Marte. Su nombre proviene de Ares, dios de la guerra para los griegos.

El planeta Marte conserva aún las huellas de los gigantescos cataclismos que asolaron su superficie durante una convulsa etapa de su historia. Cuando los caudalosos mares se evaporaron y los volcanes cesaron su actividad sísmica, Marte se convirtió gradualmente en un mundo yermo.

Aún hoy es posible observar los límites que demarcan la antigua existencia de enormes canales de agua y otros accidentes geográficos notorios. De hecho, la superficie marciana presenta características morfológicas que pueden ser identificadas tanto en la Tierra como en la Luna: impactos de meteoritos, cauces secos, elevaciones montañosas, campos de lava, bancos de arena… Todo un campo abierto a la observación y estudio en un mundo por explorar y con muchas posibilidades.

A pesar de que son abundantes los accidentes geográficos destacados sobre la superficie marciana, podemos señalar como más importantes los siguientes:

  • Desiertos: La mayoría de la superficie de Marte (tres cuartas partes del terreno) está ocupada por enormes extensiones desérticas en las que sólo es posible encontrar rocas, bloques de piedra y arena. La mayoría de estos elementos están compuestos principalmente por basalto volcánico con una alta concentración en óxido de hierro, lo que le confiere al planeta ese característico color rojizo.


 

  • Redes hidrográficas: En Marte aún se conserva una auténtica red hidrográfica, hoy seca por las actuales condiciones atmosféricas, en la que se aprecian las enormes cuencas por las que antaño fluía el agua a raudales. Aún son apreciables los afluentes de estos ríos y sus desembocaduras.


 

  • Cráteres: Debido a la ausencia de una atmósfera estable, el planeta Marte queda expuesto a la caída incesante de meteoritos y bólidos que provocan enormes cráteres (algunos de decenas de kilómetros) en su superficie. Hay huellas de impactos por todo el planeta, en particular en el hemisferio sur, sobre una antigua altiplanicie de lava basáltica de enorme extensión, donde esta actividad es más evidente. En esta zona han quedado impresas las huellas de estos objetos. Sin embargo, el viento marciano, cargado de partículas sólidas, se encarga de cubrir con el tiempo buena parte de los cráteres de tamaño más contenido, borrando sus vestigios. Entre los cráteres destaca la cuenca de Hellas Planitia, como decíamos, emplazada en el hemisferio sur, que posee casi 2.000 kilómetros de diámetro y seis de profundidad.


 

  • Volcanes: En el hemisferio norte del planeta se produce una destacable elevación del terreno. Es precisamente allí donde se asienta el complejo volcánico conocido como Tharsis. Sobre esta formación geológica se eleva el monte Olimpo, el mayor volcán del Sistema Solar. Este gigante posee una altura de 25 kilómetros y una base que ocupa una extensión de casi 600 kilómetros de diámetro. En realidad, buena parte de la superficie marciana, en torno al 10%, está ocupada por áreas volcánicas. Muchos de estos volcanes aún conservan intacta la lava solidificada que un día corrió por sus laderas, así como las galerías naturales por las que la roca fundida fluía hasta la superficie. Buena parte de estos túneles son excelentes y sólidos refugios, por lo que no es de extrañar que hayan sido empleados para construir bases e instalaciones humanas.


 

  • Cañones: La agitada actividad volcánica de Marte en el pasado propició la aparición de enormes fisuras en el terreno por las que corrió la lava primero y el agua después. Estos gigantescos cañones son como profundas hendiduras en la superficie marciana. Destaca especialmente el Valle Marineris, cercano a las estribaciones de Tharsis. Este profundo cañón posee una longitud de 2.700 kilómetros y una anchura que en algunos puntos supera los 500 kilómetros. Asimismo, tiene una profundidad que oscila entre los 2 y los 7 kilómetros.


 

  • Regiones polares: Tanto en el Norte como en el Sur, Marte posee dos grandes masas polares, similares a las presentes en la Tierra, donde se concentra una vasta cantidad de agua congelada. Estas regiones polares varían sus proporciones en función de las estaciones marcianas y son la fuente principal de riqueza del planeta, ya que pueden suministrar agua a las colonias establecidas sobre Marte.


 

Atmósfera

La atmósfera marciana es muy difusa. Apenas representa una centésima parte de la existente en la Tierra, por lo que es incapaz de retener moléculas de gas con las que formar una capa atmosférica estable.

Se considera que la atmósfera de Marte no siempre fue así de tenue. Ciertos estudios apuntan a que, en algún momento de su historia, Marte debió contar con una capa atmosférica consistente y perdurable. Sin embargo, el lento enfriamiento de su superficie y la ausencia de una tectónica de placas que permitiera la emisión del dióxido de carbono, favoreció la progresiva disminución de la misma. Así pues, se considera que la débil atmósfera de Marte es de segunda generación, muy diferente de la antigua.

Curiosamente, esta nueva capa atmosférica es lo bastante densa como para propiciar fuertes vientos y tormentas de polvo, las cuales arrastran las partículas de la superficie marciana en forma de terribles vendavales de arena. Este viento es el responsable de la formación de dunas en Marte, que pueden variar de tamaño y ubicación con el tiempo. Incluso se han registrado episodios de tormentas de arena que han cubierto toda la superficie del planeta y han llegado a durar meses enteros.

Durante estas etapas convulsas, los equipos de exploración y operarios se ven obligados a regresar a sus bases de inmediato, ya que este fenómeno es capaz de generar ventiscas intensas. Apenas se conocen casos de personas que hayan sobrevivido a estos tornados, e incluso se han referido episodios de vehículos y pequeños asentamientos humanos que han sido enterrados por completo por la arena. Estas enormes tormentas de polvo pueden persistir durante semanas e incluso meses, oscureciendo todo el planeta. Son más frecuentes tras el perihelio del planeta y en el hemisferio sur, hacia el final de la primavera, registrando ráfagas huracanadas de más de 150 km/h. Tienen su origen en la diferencia de energía del Sol que recibe el planeta en el afelio* y en el perihelio**.

*Afelio es el punto más alejado de la órbita de Marte alrededor del Sol.

**Perihelio es el punto más cercano de la órbita de Marte alrededor del Sol.


 

Periodos estacionales en Marte

Al igual que en la Tierra, el ecuador marciano está inclinado respecto al plano de la órbita un ángulo de unos 25 grados. La primavera da comienzo en el hemisferio norte cuando el Sol atraviesa el punto vernal, pasando del hemisferio sur al norte. Dada la mayor excentricidad de la órbita marciana con respecto a la terrestre, la duración de las estaciones es mucho mayor.


 

Estación Duración en Marte Duración en la Tierra
Hemisferio boreal Hemisferio austral Soles Días Días
Primavera Otoño 194 199 92,9
Verano Invierno 178 183 93,6
Otoño Primavera 143 147 89,7
Invierno Verano 154 158 89,1


 

Actualmente, el hemisferio norte goza de un clima más benigno que el hemisferio sur. La razón es evidente: el hemisferio norte tiene otoños (143 días) e inviernos (154 días) cortos y además cuando el Sol está en el perihelio, lo cual, dada la excentricidad de la órbita del planeta, modera significativamente el clima. Además, la primavera (194 días) y el verano (178 días) son largos, pero al estar el Sol en el afelio son más fríos que los del hemisferio sur. Hay, pues, una compensación parcial entre ambos hemisferios debido a que las estaciones de menor duración tienen lugar cuando el planeta se encuentra en el perihelio, recibiendo más luz y calor. Debido a la retrogradación del punto vernal y al avance del perihelio, la situación se ha ido acentuando cada vez más.


 

Calendario


 

El calendario Kleinheisterkamp (aunque es conocido popularmente como Adler Kalender, Calendario Águila) es un sistema desarrollado por los alemanes para medir el paso del tiempo en Marte, así llamado en honor al astronauta alemán Joachim Albrecht Kleinheisterkamp, quien fuera el primer hombre en pisar Marte, el 7 de mayo de 2023, a bordo del módulo Adler.

Los ciclos temporales en los que se basa este calendario son el día solar marciano, llamado sol, y el año equinoccial vernal marciano, que es ligeramente diferente del año tropical. El sol es 39 minutos y 35,244 segundos más largo que el día solar terrestre y el año equinoccial vernal marciano tiene una duración de 668,5907 soles. La fórmula básica de intercalación consiste en que cada década esté compuesta por seis años de 669 soles (años impares) y cuatro años de 668 soles (años pares). Los primeros se llaman años bisiestos a pesar de ser más frecuentes que los no bisiestos.

El año comienza cuando el Sol cruza el ecuador marciano, anunciando la llegada de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur. Marte tiene una inclinación axial similar a la de la Tierra, por lo que las estaciones marcianas son evidentes. Sin embargo, como la excentricidad orbital de Marte es muy grande en comparación con la de la Tierra, las estaciones son más perceptibles en el hemisferio sur y menos en el norte.

El año se divide en 24 meses, por lo que hay 4 estaciones de 6 meses cada una. Los primeros 5 meses de cada seis tienen 28 soles y el sexto mes, 27 (salvo el vigésimo cuarto mes de un año bisiesto, que contiene un sol más).

El mes se compone de semanas de 7 soles. El comienzo de la primera semana de cada mes cae siempre en domingo. Si un mes tiene 27 soles, el último día de la semana, que sería sábado, se omite.

Los nombres de los soles de la semana son Sol Solis, Sol Lunae, Sol Martius, Sol Mercurii, Sol Jovis, Sol Veneris y Sol Saturni. Los meses llevan los nombres alternados de los 12 signos del zodiaco en latín y sus equivalentes en alemán.

En la tabla siguiente se muestra la estructura del calendario Adler (el día bisiesto está en negrita). Como año cero se adoptó 1609 en reconocimiento al estudio del movimiento planetario por parte de Johannes Kepler a partir de las observaciones de Marte realizadas por Tycho Brahe, que dio como resultado la formulación de las leyes de Kepler. Este calendario fue asimilado posteriormente por todas las naciones presentes en Marte, adaptando los meses a los diferentes idiomas.


 

Sagittarius   Schütze   Capricornus
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28
         
Steinbock   Aquarius   Wassermann
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27  
         
Pisces   Fische   Aries
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28
         
Widder   Taurus   Stier
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27  
         
Gemini   Zwillinge   Cancer
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28
         
Krebs   Leo   Löwe
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27  
         
Virgo   Jungfrau   Libra
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28
         
Waage   Scorpius   Skorpion
So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa So Lu Ma Me Jo Ve Sa
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14 8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21 15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28 22 23 24 25 26 27 28



 


 

Agua en Marte

El planeta rojo es hoy un mundo yermo y pedregoso. Sin embargo, hace aproximadamente 3.500 millones de años, Marte albergó la suficiente concentración de agua líquida como para cubrir toda su superficie.

Por los rastros de la erosión fluvial presentes se sabe que en esa misma época Marte debió sufrir un proceso de cambio climático y cataclismos que provocaron fuertes inundaciones y riadas que formaron vastas cuencas fluviales.

Durante esta etapa convulsa, y a medida que el planeta iba perdiendo su estabilidad atmosférica, parte del agua se fue evaporando a la atmósfera y escapó luego al espacio por la disolución del oxígeno y el hidrógeno. Sin embargo, una cantidad significativa de agua quedó atrapada en los casquetes polares del planeta, donde aún permanece acumulada en bloques de miles de kilómetros sobre la superficie. Otras importantes reservas (probablemente la mayor parte del agua que un día poseyó Marte), aún siguen ocultas en el subsuelo del planeta en forma de hielo. De hecho, se estima que el subsuelo marciano está congelado en, al menos, un kilómetro de profundidad.

Esto ya pudo evidenciarse a principios del siglo XXI, cuando la misión de la NASA Mars Reconaissance Orbiter detectó flujos de supuración o RSL (recurring slope lineae) en algunos valles escarpados marcianos durante los meses en los que se registran las temperaturas más altas. En concreto el fenómeno pudo ser captado en los cráteres de Palikir, Hale y Horowitz y el Coprates Chasma (todos ellos presentes en el hemisferio sur del planeta). Esto era debido, según pudo colegirse más tarde, a las filtraciones de agua subterránea de alta salinidad (sales hidratadas, como las sales de perclorato) y contenido en minerales ferrosos que llegaban a la superficie, procedentes del permafrost marciano. Las sales permiten que el agua permanezca líquida a temperaturas muy bajas, de hasta 70 grados bajo cero. Este descubrimiento allanaba como pocos el camino a la colonización humana de Marte, pues la presencia de agua quedaba evidenciada, elemento clave que facilitaría las labores de asentamiento estable sobre la superficie. Por tanto, según se pudo determinar, trabajos de perforación darían con aportes de sales hidratadas, que podrían ser filtradas por osmosis inversa y depuradas posteriormente para obtener agua.

En realidad, las máquinas perforadoras apenas tienen que excavar unas pocas decenas de metros en la superficie de Marte para encontrar el agua congelada.

Todas las colonias asentadas en Marte poseen equipos de perforación y procesado del permafrost salino, lo que evita los costosos portes de cargueros procedentes de la Tierra. Apenas se tuvo que recurrir a ellos durante las primeras etapas de colonización marciana.

Una vez asentadas las bases, éstas fueron tan autosuficientes como para crear sus propias plantas de procesado de sales hidratadas en cantidades notorias. De hecho, la mayoría de las colonias poseen proyectos de regeneración fluvial por el que pretenden transferir el agua congelada hasta la superficie en forma de pequeños arroyos que favorezcan una primitiva reforestación que ayude a una futura producción de oxígeno natural.


 

****RECUADRO: Regeneración planetaria****

Si alguna vez Marte se pareció a la Tierra, ¿sería posible revertir el proceso que llevó al planeta rojo a su paulatino enfriamiento? Ésta es una de las cuestiones que se debatió en los encuentros científicos previos a la colonización marciana.

En teoría, el proceso que desbarató el planeta puede ser revertido. Se sabe que durante miles de años Marte se fue apagando lentamente hasta convertirse en el mundo estéril que es hoy. Sin embargo, sus recursos hidrológicos permanecen congelados en el subsuelo marciano y en forma de hielo en los casquetes polares.

A pesar de que sería un proceso largo y muy costoso (se estima que puede durar varios miles de años con la tecnología actual), los investigadores no descartan que se pudiera regenerar la atmósfera marciana e incluso devolverle el esplendor de antaño. Algo así como convertir el planeta en una Tierra 2.0.

Para ello se han puesto en marcha pequeños proyectos a nivel local de regeneración ambiental. En primer lugar, todas las colonias humanas poseen un sistema de procesado de CO2 por el que estos gases se convierten en oxígeno. Este proceso es relativamente sencillo de conseguir y poco costoso, ya que la atmósfera marciana es rica en este elemento. Por otra parte, también se puede extraer agua del subsuelo de manera relativamente sencilla.

Básicamente, los científicos se plantean si sería posible extrapolar los resultados que ahora se consiguen a nivel local de una manera global. Se trataría de construir enormes plantas de procesado para atrapar el CO2 y transformarlo en oxígeno. Estas gigantescas plantas deberían edificarse por todo el planeta y estar operativas durante miles de años hasta conseguir transformar gradualmente su atmósfera.

Una vez regenerado el oxígeno, se podría proceder a una reforestación local, que iría gradualmente creciendo en número hasta sustituir de manera natural a los grandes conversores de CO2. Este paulatino calentamiento del planeta, a su vez, y de manera natural, favorecería el deshielo de los casquetes polares, por lo que el agua volvería a inundar las depresiones del planeta.

Aunque en teoría es factible, supondría un proceso que llevaría miles de años culminar con un coste muy elevado. De hecho, el enfrentamiento de facto de las potencias torna muy difícil cualquier pacto duradero o acuerdo diplomático de la envergadura necesaria para facilitar este tipo de proyectos a largo plazo.


 

****FIN DEL RECUADRO****


 

Colonización de Marte

Tras el éxito de las misiones enviadas a la Luna y su posterior colonización, las principales potencias mundiales no tardaron en marcarse como nuevo objetivo el cercano planeta Marte. Un paso lógico que supone no sólo la hegemonía y el reconocimiento por la conquista planetaria, sino que es la rampa de salida hacia una exploración espacial más lejana y con infinidad de posibilidades. Por así decirlo, la carrera que llevó hasta la conquista lunar no fue más que un banco de pruebas hacia el verdadero objetivo que se presentaba ante el nuevo escenario. Marte no supone más que el primer escalón de la larga escalera que lleva hacia los confines del espacio.

Tras el éxito de las misiones no tripuladas a Marte y de que las sondas de exploración reconocieran el terreno, la humanidad no tardaría en poner un pie en su árido terreno. No será hasta el año 2023 cuando el módulo alemán Adler se pose en Lunae Planum, en las proximidades de los cañones de Kasei Valles. A bordo viaja el cosmonauta germano Joachim Albrecht Kleinheisterkamp, que se convierte así en el primer ser humano que pisa suelo marciano.

Este episodio sirve de pistoletazo de salida para las demás naciones, que apuran sus proyectos de colonización del planeta rojo. En años sucesivos, americanos primero y soviéticos después, culminan sus respectivas misiones y se asientan en Marte. A éstos les seguirían más tarde los japoneses, que logran alcanzar el planeta sirviéndose de su plataforma de lanzamiento en la Luna, algo que hasta entonces no se había conseguido.

Los años posteriores a todos estos acontecimientos se destinaron a establecer asentamientos permanentes en territorio marciano con la construcción de bases y colonias estables.

 

Ventajas de una colonia en Marte

Al igual que sucedía en la Luna, una de las principales ventajas que ofrece Marte es puramente estratégica. Desde el planeta rojo resulta mucho más rentable y práctico lanzar misiones hacia otros puntos distantes del espacio con un menor coste que si se hiciese desde la Tierra, cuya atmósfera supone un obstáculo que dificulta el despegue de las naves.

El otro motivo, por supuesto, es puramente de reconocimiento y hegemonía. A pesar de que los costes de establecer una colonia permanente en Marte son muy elevados en relación a los exiguos beneficios que reporta, el reconocimiento mundial por conseguir tal objetivo los compensa sobradamente. Cualquier nación que se precie de ser una superpotencia no puede dejar pasar las enormes oportunidades que ofrece el espacio exterior, aun a costa de asumir enormes pérdidas económicas. De cara al enemigo, ser capaces de conquistar el espacio supone una autoría lo suficientemente poderosa como para aparecer como un rival peligroso con una capacidad tecnológica de última generación y, por lo tanto, un enemigo a respetar. Si además eso supone ser los primeros en conseguir sus objetivos, el reconocimiento es doble.

A pesar de todo, no hay que obviar los motivos estrictamente empresariales y comerciales. Hablamos de ricos yacimientos de minerales que escasean en la Tierra, de una incipiente industria minera y de empresas de ocio capaces de pagar enormes fortunas por llevar a sus clientes a visitar Marte. Incluso de la posibilidad de establecer rutas comerciales con las colonias lunares y bases orbitales.

Además, Marte supone una pista de despegue hacia nuevas conquistas espaciales. Aunque pocas naciones lo reconocen, ya todas apuntan hacia Venus y Mercurio como nuevos objetivos. El planeta rojo, por lo tanto, es un estupendo puerto de salida hacia estos lejanos mundos.


 

Problemas de una colonia en Marte

A pesar de que en el actual campo de investigación científica, sobre todo después de la conquista lunar, las misiones tripuladas a planetas cercanos a la órbita terrestre son factibles, Marte no deja de poseer algunos factores de riesgo que hacen cuestionar, e incluso peligrar, las colonias marcianas.

El primer escollo es económico. Como hemos referido, Marte no posee suficiente riqueza mineral como para justificar misiones tripuladas que alcancen su órbita. Por supuesto, este inconveniente queda suavizado con una presencia autosuficiente sobre el planeta, ya que resulta sencillo obtener recursos naturales que garanticen la autonomía de las colonias.

Con todo, la lejanía del planeta no deja de ser un problema. Al estar más lejos del Sol, Marte es un planeta extremadamente frío. Las temperaturas medias que puede alcanzar giran en torno a los -170º en las regiones ecuatoriales, lo que imposibilita la presencia de agua líquida en su superficie.

Por otra parte, la gravedad del planeta es una tercera parte de la que se da en la Tierra, lo que obliga a extremar la precaución en cuanto a los problemas de salud asociados a la ingravidez (descalcificación y pérdida de masa muscular). Además, la presión en Marte es demasiado baja como para que los humanos sobrevivan sin trajes de vacío especialmente adaptados para las condiciones marcianas.

A pesar de estos escollos, tras la experiencia obtenida en la Luna, Marte es un mundo accesible por el que apuestan la mayoría de las naciones. Un paso necesario en la incipiente conquista espacial.

 

Satélites de Marte

Marte posee dos satélites naturales que giran en torno al planeta. Aunque en realidad sería más correcto hablar de dos grandes meteoritos que hace tiempo quedaron atrapados en su órbita.

* Fobos (miedo, en griego) es el mayor de los dos satélites y transita muy cerca de Marte. Tal es así que se tiene certeza de que algún día colisionará con el planeta y ocasionará un cataclismo de magnitud incalculable, aunque no se espera que tal eventualidad ocurra antes de mil millones de años.

La densidad de Fobos es muy baja para tratarse de una simple roca sólida, lo que sugiere la presencia de agua a cierta profundidad, aunque aún no se han hallado evidencias que lo corroboren.

* Deimos (terror, en griego) es el segundo satélite que orbita alrededor de Marte y el más alejado del planeta. La superficie de Deimos es lisa y consistente debido a la presencia de carbono y de hielo.

Al contrario de lo que ocurre con Fobos, que cada vez se aproxima más a Marte, Deimos se aleja gradualmente de su órbita, hasta que llegará un día en que se liberará de su dominio y se convertirá en un cuerpo libre que vagará como meteorito por el espacio.


 

Superficie marciana

Marte presenta una gran variedad de terrenos y áreas bien diferenciadas que se hace preciso estudiar con detenimiento antes de establecer una base en su suelo. Es precisamente esta variación del terreno la que obliga a diversificar las complejas obras de ingeniería en función de la ubicación elegida para las distintas colonias.

En concreto, podemos dividir el suelo marciano en las siguientes grandes regiones:

* Regiones polares. Al principio se consideró que era en estas dos grandes áreas del planeta donde se encontraban las únicas cantidades de agua en forma de hielo que poseía Marte. Más tarde, cuando se comprobó que, en realidad, el planeta rojo albergaba recursos hídricos en todo su subsuelo, se le restó importancia a estas regiones, que pasan por ser las más frías e inhóspitas de todo el planeta.

* Latitudes medias. Entre los polos y el ecuador del planeta existen vastas regiones de terreno irregular que presentan deformaciones de terreno aptas para futuras colonias marcianas. No obstante, las fuertes ventiscas que se generan en el planeta azotan con especial virulencia estas zonas, lo que hace que sean menos tenidas en cuenta en el espectro demográfico de Marte.

* Regiones ecuatoriales. En esta zona del planeta es donde una colonia humana tiene mayores probabilidades de prosperar, ya que aquí es donde se presenta una menor variabilidad de las estaciones, por lo que la temperatura suele ser constante. Además, la incidencia de la radiación solar suele ser más estable dentro del inmenso páramo helado que representa Marte.


 

Paseos por Marte

Salir al exterior de las colonias humanas en Marte es una actividad compleja y no exenta de peligro, ya que las bajas presiones que soporta el planeta harían que un individuo sin protección perdiera la consciencia en 20 segundos y muriera en menos de 1 minuto. Mientras que dentro de una base o en el interior de los vehículos un ser humano está relativamente a salvo de las temperaturas extremas y el vacío espacial, durante una salida al exterior tan sólo está protegido por una pequeña cubierta en forma de traje espacial de apenas unos milímetros de espesor del que en ningún momento se puede desprender.

Aunque la tecnología ha evolucionado mucho en este sentido, un traje espacial no deja de ser una débil capa que apenas protege contra la mayoría de los peligros a los que se enfrentan los astronautas. Para empezar, en ningún momento puede desprenderse de su traje, lo cual ya ocasiona una serie de incómodas molestias. Por ejemplo, el traje debe estar refrigerado en todo momento para reducir las bajas temperaturas que se originan en Marte. Si este sistema fallara, el astronauta apenas contaría con unos pocos segundos para ponerse a salvo o moriría congelado.

Otro de los inconvenientes es que el operario de este traje debe llevar consigo en todo momento el oxígeno necesario que garantice su suministro durante las horas que va a pasar en el exterior. A mayor tiempo fuera de la base, mayor será el número de botellas de oxígeno (y por tanto de peso), que debe acarrear consigo. Algo parecido sucede con las necesidades básicas humanas. Un viajero en Marte debe llevar también bolsas de contención con suficiente agua y comida (en estado líquido) que le proporcionen el sustento vital necesario. Estas bolsas van conectadas directamente al casco a través de tubos con los que el astronauta pueda alimentarse.

A estos inconvenientes se suman otros muchos peligros objetivos. Por ejemplo, las impredecibles ventiscas que azotan la superficie del planeta, a veces hasta cubrirlo por completo. En esas etapas se producen vientos huracanados que arrastran consigo partículas de polvo en suspensión capaces de enterrar a un ser humano bajo decenas de toneladas de arena en pocos minutos. También hay que estar pendiente de la caída de micrometeoritos, ya que la mayoría de los trajes de vacío no están preparados para soportar su impacto.

Por si todos estos inconvenientes no fueran suficientes, también hay que tener presente la nula presencia de gravedad en Marte, que impide moverse de manera cómoda por su superficie. De hecho, obliga a tener que calzar pesadas botas que contrarresten la tendencia del cuerpo a elevarse en el vacío con cada paso, lo que dificulta el desplazamiento. También estamos hablando de que las distancias entre las distintas bases humanas son en ocasiones de cientos de kilómetros (incluso miles), y hacerlo sin el mínimo apoyo de un vehículo rover, un mech o incluso una lanzadera resulta poco menos que imposible.


 

Alimentación en el espacio

Viajar al espacio entraña graves trastornos para la salud. El principal problema es la falta de gravedad, ya que obliga a las articulaciones a estirarse mucho y los huesos se vuelven débiles. Por lo tanto, es preciso cuidar en extremo la ingesta de alimentos que sean ricos en calcio y vitaminas. La mayoría de colonias marcianas son capaces de producir a pequeña escala algunos de los alimentos básicos que precisa el ser humano para su subsistencia, gracias a modernas técnicas de hidroponía y regeneración ambiental que se llevan a cabo a escala local. No obstante, otros muchos alimentos básicos deben ser transportados directamente desde la Tierra en enormes cargueros para abastecer a la incipiente población asentada en Marte.

En Marte, así como en las bases orbitales y la Luna, son comunes los envases de alimentos concentrados en microtubos donde se condensan la mayoría de los nutrientes que precisa un ser humano para su subsistencia. Estos pequeños envases, similares a un tubo de pasta dentífrica, son muy populares en las colonias espaciales, ya que existe una amplia variedad de sabores y funciones (algunos son tipo helados, golosinas o ricos en ciertos nutrientes). Un individuo medio precisa al día tres dosis básicas de estos suministros para estar bien alimentado.

En cualquier caso, en la mayoría de las colonias marcianas y bases orbitales es posible encontrar establecimientos de alimentos y platos cocinados al estilo terrestre. El factor psicológico en la alimentación es casi tan importante como la misma nutrición, pues la recepción de los sabores, el aspecto visual de los alimentos y su frescura afectan al sistema inmunitario y pueden provocar cambios de humor, irritabilidad o depresión en el individuo. Por eso se recomienda la ingesta ocasional de alimentos preparados o cocinados.


 

Oxígeno y energía

La viabilidad de una colonia depende básicamente de su autosuficiencia en la producción y elaboración de sus propias fuentes de energía y soporte vital. Mientras que el agua, alimentos y otros elementos pueden ser importados en cargueros directamente desde la Tierra (una solución costosa a largo plazo, pero viable), no ocurre lo mismo con la producción de gases y el oxígeno que garanticen la subsistencia humana en el interior de las bases.

La solución más inmediata para la producción de energía es recurrir a la fuerza solar, fuente inagotable, pero que en Marte no siempre es sencilla de obtener. El ciclo día/noche marciano se asemeja mucho al terrestre, por lo que se debe prestar especial atención a este aspecto. Además, la lejanía de Marte con respecto al Sol y las continuas tormentas de arena que asolan (a veces durante semanas enteras) el planeta, obligan a las colonias marcianas a tener que aprovechar al máximo el rendimiento que obtienen de sus fuentes de energía. Las bases asentadas en Marte se nutren principalmente de la producción fotovoltaica mediante placas y el uso de motores stirling basados en la concentración solar a base de espejos y que, posteriormente, puede ser transformada en energía, servir de iluminación y generar calor para la agricultura hidropónica.

Como modelo alternativo se utiliza la energía nuclear, cuyos reactores de fusión nuclear y fusión fría se abastecen de helio-3. Este isótopo no existe en Marte, por lo que debe ser recolectado en la Luna, donde su presencia es abundante, y exportado luego en grandes cargueros directamente hasta Marte.

Esta energía es vital para el desarrollo de una agricultura a nivel local con la que abastecer, a pequeña escala, a la población marciana. Se consigue gracias a modernas plantaciones hidropónicas que emplean disoluciones minerales en sustitución de los sustratos terrosos. A pesar de que la mayoría de los alimentos llegan directamente desde la Tierra, se hace necesario un desarrollo agrícola local por las numerosas ventajas que presenta, como por ejemplo, el abastecimiento de alimentos frescos y sin procesar para la población, la producción de oxígeno de manera natural, la regeneración ambiental (aunque ésta sólo se da en cámaras selladas) y los beneficios psicológicos que produce sobre la población la cercanía de un entorno conocido.


 

Sin resolver

Aunque cada vez se tiene un conocimiento más amplio de lo que supone la vida humana adaptada a un medio tan hostil como el espacio, no dejan de existir ciertos matices que aún escapan al control de la comunidad científica y que generan no pocas controversias.

* La primera cuestión que se preguntan todos los que se interesan por Marte es si alguna vez el planeta albergó vida. Hasta ahora no ha habido consenso sobre este asunto, pues nunca se han hallado indicios que desmientan o afirmen esta teoría. Se piensa que las únicas pruebas de tal supuesta vida deben encontrarse en los polos gélidos del planeta, enterradas bajo millones de toneladas de hielo. Sin embargo, al no ser preciso obtener agua de estas regiones, todavía no se han llevado a cabo estudios rigurosos sobre este tema.

* Existe un enorme escalón cerca del Ecuador que divide Marte en dos mitades. Un norte llano y profundo, y un sur escarpado y con cráteres similares a los lunares, como si una enorme erupción volcánica hubiese aplanado el hemisferio norte del planeta. Sin embargo, se sabe que toda actividad geológica cesó hace millones de años. Las razones de esta aparente dicotomía planetaria aún son un misterio.

* En relación a este hecho, los sensores de medición de gases detectan cada cierto tiempo una pequeña concentración de metano en la atmósfera marciana. Bajo las condiciones ambientales de Marte y la radiación solar que recibe el planeta, el gas metano es inestable y desaparece de la atmósfera a los pocos años de su emisión, lo cual lleva a sospechar a los investigadores que debe existir una fuente de emisión en el planeta, aunque aún no ha sido localizada.