Base: Akagi 11

Base: Akagi 11


 

Nación: Japón

Localización: Lunae Planum

Población: 3.000 Habitantes

Colonias: Base Handel y Base Operativa Tsushima


 

La última de las naciones en sumarse a la exclusiva pugna por la colonización espacial ha sido Japón que, en un breve espacio de tiempo, ha conseguido asentarse de manera sorprendente sobre el planeta rojo. Su base operacional Akagi 11 es uno de los centros tecnológicos más desarrollados del Sistema Solar, ya que dispone de los últimos avances en computación cuántica, nanotecnología, astronáutica y bioconstrucción.

El territorio ocupado por la base japonesa se extiende a lo largo de las estribaciones rocosas al sur de Chryse Planitia y al este de Lunae Planum, entre la gran meseta de Tempe Terra (bastión alemán) y Valles Marineris (bajo influencia aliada).


 

Historia

Virtudes consuetudinarias del pueblo japonés son la disciplina y la paciencia, el respeto y la responsabilidad, la prudencia y la oportunidad. Mientras que el resto de grandes potencias se afanan por convertirse en los pioneros de la colonización espacial, los mandatarios japoneses son conscientes de las dificultades y sus limitaciones y actúan en consecuencia. No están interesados en invertir miles de millones en programas espaciales sin garantías de éxito. Al contrario, prefieren medir cada paso que dan en su programa de exploración espacial, aprendiendo de los errores de aquéllos que les precedieron.

Sin embargo, eso no significa ni mucho menos que permanezcan ociosos a la espera de acontecimientos. El programa espacial nipón ya comenzó a funcionar a finales del siglo XX, con el proyecto Hayabusa de exploración espacial, que iniciaba su andadura en el año 1977 y que incluía la puesta en órbita de un transbordador avanzado del tipo Aringang 3 y el lanzamiento de varias sondas de exploración cercana sobre el planeta Marte.

En esa época, ya el resto de potencias consolidaban sus bases lunares y preparaban el salto colonizador a Marte. Los japoneses, lejos de dar prioridad a su programa espacial, prefirieron fortalecer su hegemonía sobre el Mar de Japón, donde construyeron en secreto una avanzada base submarina que, a la postre, retrasaría en varias décadas el programa espacial.

Aunque aletargado, el proyecto Hayabusa avanza despacio con estudiadas inyecciones económicas. Dentro de este marco, se firman acuerdos de colaboración con la Alemania nazi que permiten que una delegación japonesa pueda hacer uso de la base lunar Heydrich. Desde la colonia alemana podrán sentar las bases de lo que será su futura colonización de la Luna y Marte.

Gracias a este acuerdo de colaboración, el programa espacial nipón sufrirá un importante impulso a principios del siglo XXI, que permitirá en pocos años la construcción de una base en la Luna (Kaguya Hime) y plantearse nuevos retos. Los japoneses delegan la construcción de sus bases espaciales y de su flota imperial de destructores orbitales a la megacorporación Hotaru que, en muy pocos años, consigue que el Imperio del Sol Naciente obtenga el reconocimiento internacional que merece.

Los japoneses no se conforman con su presencia en la Luna, y aunque ya el resto de grandes potencias ha dado el salto hacia Marte, Japón se prepara para emular la actividad de sus competidores. El programa Hayabusa da paso al proyecto Akamaru (esfera roja), al que se destina buena parte del presupuesto.

Tan convencidos están del éxito de su futuro programa, que ya en el año 2048, durante la conferencia internacional celebrada en el astropuerto Amity, que sentó las bases del reparto territorial de Marte, Japón —que todavía no tiene presencia en el planeta rojo—, hace valer su autoridad y se reserva una zona de influencia con el apoyo de sus aliados alemanes e italianos

Finalmente, queda designada como área de control japonesa la demarcación sur de Chryse Planitia, que comparte frontera con los alemanes y se expande hasta las estribaciones de Valles Marineris, bajo dominio aliado.

El acuerdo que los japoneses firmaron con la corporación Hotaru incluía la construcción de una base marciana. Pero no será hasta el año 2057, cuando una nave tripulada de tipo Haguro-Kounotori-7B se posa en Chryse Planitia, que comiencen los trabajos para desarrollar este plan maestro. La aeronave equipa cohetes de impulsión combinada iónica y motor de antimateria, uno de los más avanzados a la fecha. De esta manera, se da inicio a la era de exploración imperial del planeta rojo.

En este sentido, será de vital importancia la colaboración que los japoneses obtienen de sus aliados alemanes. La construcción de la futura base nipona, conocida como Akagi 11, recibe un importante apoyo logístico de ingenieros nazis, que aportan material y conocimiento para que los japoneses puedan construir, en tiempo récord, una de las bases más avanzadas sobre Marte.

Akagi 11 incluye una base militar anexa perteneciente al Ejército Imperial Japonés (denominada Samurái), la construcción de un barrio de uso civil y comercial (gestionado íntegramente por la corporación Hotaru) y una base logística de uso compartido con sus aliados alemanes (Base Handel-Okada), que se encuentra a medio camino entre las colonias alemana y japonesa.

Una vez concluida y operativa la base Akagi 11, la megacorporación Hotaru pasa a gestionar las rutas de abastecimiento espacial entre la base marciana, la Luna y la Tierra.


 

Descripción

A pesar de su reciente construcción, la base Akagi 11 se ha convertido por derecho propio en una de las colonias más vanguardistas y avanzadas que existen. Una demostración de que la tecnología, asistida por el sentido común y carácter práctico de los ingenieros japoneses, es capaz de conseguir logros increíbles incluso en las condiciones más adversas.

La construcción de Akagi 11 corrió a cargo de la megacorporación Hotaru, un gigante de la industria nipona que basa su éxito en el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la informática y a la ingeniería aeroespacial y armamentística. A este despliegue de medios se sumó la experiencia previa que habían acumulado el resto de naciones asentadas sobre Marte, y que sirvió a los ingenieros imperiales para evaluar los aciertos y errores de sus predecesores.

Como el resto de asentamientos sobre Marte, Akagi 11 se desarrolló siguiendo el sistema de construcción subterránea preconizado por sus aliados alemanes. Para ello se evaluó durante años el terreno circundante a Chryse Planitia hasta hallar un área apta para acoger la base. Las premisas que se exigían en esta búsqueda eran muy específicas, pues la base debía ser construida bajo tierra, pero también tenía que ser accesible y funcional; en cuanto al tamaño, habría de ser lo suficientemente amplia como para albergar a una comunidad en crecimiento sostenido. Por último, la colonia debía ser capaz de autogestionarse energéticamente con los recursos naturales que ofreciera el planeta.

Tras muchos meses de estudio del terreno, se consideró que el macizo de Ares Vallis, en las crestas sinuosas de Chryse Planitia, era el emplazamiento idóneo. Este terreno de origen volcánico es el resultado del encuentro de dos accidentes areográficos marcianos de importancia, como son el antiguo cráter de impacto de Chryse Planitia y la rocosa planicie de Lunae Planum, que contiene varios cauces secos de antiguos ríos marcianos. Bajo la superficie de esta zona hay varias enormes cuevas producidas por bolsas de metano antiguas, fruto de la actividad volcánica en la zona miles de años atrás.

La base está conformada por 5 edificaciones acopladas a un bloque de servicio central, verdadero núcleo neurálgico de la base. A su vez, cada uno de estos edificios está conectado mediante túneles por los que discurren enormes avenidas para vehículos y viandantes. Visto desde arriba, Akagi 11 posee la forma de una especie de estrella de cinco puntas atrapada en el interior de un desfiladero rocoso.

Antes de pasar a describir las funciones de cada una de estas plantas, haremos un breve repaso por aquellas plataformas que, aun siendo parte de la base nipona, quedan al margen de la construcción principal:


 

Astropuerto Emperador Meiji (明治天皇 Meiji-tennō): La base japonesa es una estructura semi soterrada. Los ingenieros de Hotaru construyeron un gran astropuerto en el interior de un cráter cercano que diera servicio a la flota imperial japonesa, pero que también permitiera operar con vehículos y naves civiles que llegasen o saliesen de Akagi 11. Varios túneles y elevadores conectan al astropuerto con la base propiamente dicha.

Durante meses enteros, pesadas máquinas de construcción laminaron una enorme porción de terreno en el interior del cráter, que más tarde fue alisado con enormes placas cerámicas ultra resistentes para permitir el amartizaje de las aeronaves. A su vez, se construyeron hangares, baterías de defensa, radares y torres de dispersión (una innovación tecnológica que puede revolucionar el paradigma arquitectónico marciano, como veremos posteriormente).


 

Accesibilidad: Otra de las peculiaridades que hacen de Akagi 11 una base diferente al resto es su particular sistema de acceso y comunicación con el exterior. Adentrarse en la colonia nipona sólo es posible desde el astropuerto Meiji o a través de los intrincados canales de Ares Vallis.

El gran astropuerto Emperador Meiji se mantiene conectado con la base Akagi 11 a través de un sistema de ascensores que constantemente suben y bajan desde la superficie de Chryse Planitia hasta el interior de la colonia. Algunos de estos elevadores tienen capacidad para albergar pequeños vehículos o incluso mech de tamaño medio.

Si se desea acceder por tierra a la base Akagi 11, se puede optar por recorrer el macizo de Ares Vallis con vehículos especiales rover en alguna de las grandes pistas que conducen hasta la colonia nipona a través de túneles de servicio. Todo un entramado de carreteras por cuyo perímetro transitan constantemente vehículos robotizados que se encargan de mantener los caminos libres de rocas que se desprenden o de polvo marciano.


 

Sector energético: Todas las construcciones niponas expuestas al exterior del planeta cuentan con un sistema de captación energética llamado Interijento Kabe (pared inteligente), una innovación que ya diera buenos resultados en su base lunar. Se trata de un revestimiento especial que es capaz de detectar la presencia de radiación solar incidiendo sobre una superficie y atraparla en unos condensadores de energía para su almacenamiento.

Sin embargo, este sistema, por sí solo, no es capaz de abastecer la totalidad de la colonia japonesa, ya que el grueso de la construcción es soterrado y, por lo tanto, el nivel de radiación solar que recibe es mínimo. Para subsanar esta carencia, se recurre a un sistema convencional de placas fotovoltaicas ubicadas en las inmediaciones del astropuerto Meiji. Al margen, la base nipona también cuenta con un mini reactor de fusión que emplea células energéticas de antimateria.

En cuanto al abastecimiento de recursos hídricos, la colonia Akagi 11 no dispone aún de condensadores de humedad como el resto de grandes bases en Marte. En lugar de eso, se nutre de toda una red de perforaciones y canalizaciones repartidas por Chryse Planitia, aunque resultan insuficientes para cubrir las necesidades hidrológicas de la base nipona. De hecho, en ocasiones han tenido que recurrir a los excedentes hidrológicos de sus aliados de la base Aggregat 5 para cubrir sus necesidades. Una carencia preocupante, producto de un estudio hidrológico erróneo, y que es un auténtico quebradero de cabeza para los dirigentes de Akagi 11.

Si por algo destaca la colonia es por su alta capacidad tecnológica. La empresa Hotaru ha demostrado la valía de su personal y tecnología en uno de los asentamientos más modernos en el espacio. Como ya sabemos, la base Akagi 11 es un edificio con forma de estrella de cinco puntas. Se compone de un núcleo principal y administrativo, y de cinco bloques anexos a la base central y que dependen de ésta. Comenzando desde el nexo principal, la colonia Akagi 11 se divide en los siguientes departamentos:


 

Oficina del Inspector General Imperial para Marte: Esta superficie, sin ser la más grande, sí es la más relevante. Es, sin duda, el auténtico corazón de la base. Se trata del núcleo central de toda la instalación, del que parten el resto de edificios imperiales, pero también donde se dirimen asuntos administrativos y donde tiene su sede la Oficina del Inspector General Imperial para Marte o Kasei Sokanbu (K.S.).

En esta planta trabajan los funcionarios imperiales y altos mandatarios. Todos disponen de sus propios despachos e incluso algunos tienen aquí ubicada su residencia. La actividad en este sector es frenética, pues desde aquí se dirigen todos los asuntos que afectan a la colonia japonesa, desde documentación, entradas y salidas de vehículos, telecomunicaciones, política, etcétera; en definitiva, cualquier asunto que afecte al normal funcionamiento de la colonia.

El acceso a esta planta administrativa está restringido exclusivamente al personal autorizado. Cámaras de reconocimiento facial identifican a quien trata de acceder a la planta. Una vez superado este control, los funcionarios aún tienen que pasar frente a unos paneles de seguridad que escanean al individuo en busca de elementos prohibidos en esta sección, como armas, objetos contundentes o material informático no autorizado.


 

Bloque 1, Zuijin-Akagi: Si la Oficina del Inspector General es el corazón de la colonia nipona, el bloque 1 Zuijin-Akagi es su cerebro. En este edificio se encuentra el mega-ordenador cuántico de última generación más poderoso creado jamás por el hombre, llamado Zuijin. Este cerebro robotizado es capaz de gestionar en décimas de segundo la compleja infraestructura cibernética desplegada en la base nipona. Akagi 11 es una estación colonial totalmente informatizada, donde se vigilan todos los accesos al complejo, la seguridad y el control por niveles de cada uno de los individuos registrados en la base. Esta gestión de los datos se lleva a cabo mediante modernas técnicas de escaneo de retina, rasgos faciales y lectura digital. Cada vez que un individuo teclea en un ordenador, pulsa cualquier botón o se mira en un espejo, el ordenador Zuijin es capaz de identificarlo y analizar su estado.

Este monstruo de la informática ocupa un módulo entero dentro de la colonia Akagi 11, incluyendo cámaras de refrigeración, laboratorios de investigación tecnológica y talleres de mantenimiento, conformando una impresionante infraestructura de circuitos y cableado de red, mantenida por todo un ejército de ingenieros informáticos y ciberprogramadores.


 

Bloque 2, gestión e investigación: En este gran sector tiene su sede la megacorporación Hotaru y gran parte de su personal. Toda una planta dedicada en exclusiva a la logística de la colonia nipona, así como a los asuntos mercantiles de la gran industria aeroespacial al servicio del Imperio japonés.

Hotaru no sólo ha diseñado por completo la impresionante colonia marciana y toda una gran flota imperial, sino que posee intereses comerciales propios al margen del Imperio japonés. Por ejemplo, en esta planta se estudia la creación de un puente aeroespacial entre la Tierra, la Luna y Marte que incluiría toda una flota de naves con fines turísticos, así como de explotación minera. Tan poderosa es su pujanza comercial que Hotaru posee su propio equipo de seguridad: un ejército de élite especialmente entrenado, conocido como Atarashi, que está compuesto por soldados cibernéticos equipados con implantes biónicos. Esta poderosa unidad es la encargada de velar por la seguridad de los empleados de Hotaru y de sus investigaciones.


 

Bloque 3, Samurái y bloque 4, Shogún: Los acuartelamientos que utiliza el ejército nipón ocupan hasta dos módulos alrededor de la Akagi 11 y reciben respectivamente los nombres de Samurái (侍Samurai) y Shogún (将軍 Shōgun, literalmente comandante militar). En estos dos bastiones, el Ejército Imperial acantona el grueso de sus tropas especiales y de infantería, mientras que su flota queda establecida en el astropuerto Meiji.

A pesar de que ambos módulos son totalmente dependientes del gobierno militar nipón, y sus funciones muy similares, el sector conocido como Shogún queda reservado para operar con los más modernos prototipos de mech de combate. Este sector está especialmente vigilado y su acceso está vetado incluso para muchos miembros del estamento militar. Sólo con un pase especial es posible acceder a la instalación donde se preparan y entrenan los sofisticados mech del Ejército Imperial.


 

Bloque 5, Kure: El último de los módulos anexionados a la base Akagi 11 está destinado a uso civil y comercial. La creación de este populoso barrio responde a un acuerdo adquirido con la corporación Hotaru, que gestiona y administra este bloque. Kure es un laberíntico entramado de pasajes que comunica los niveles de cápsulas habitacionales con zonas recreativas y comerciales. En Kure hay restaurantes, bares sushi & sake, salones de realidad virtual, tiendas, puestos de comida callejeros y otros muchos comercios de todo tipo.


 

Gobierno

La elección del cargo de Inspector General Imperial en la base Akagi 11 es privilegio de la Dieta Imperial, que tiene potestad absoluta para poner a una persona de su confianza al mando de la colonia marciana.

En la actualidad, la responsabilidad de la gestión de la base recae sobre Shuto Kobayashi, un destacado funcionario de la casa real japonesa. La Emperatriz en persona firmó el acta que ascendía a Kobayashi como responsable supremo. Aunque, en realidad, este nombramiento fue un acto institucional que respondía a una decisión política y geoestratégica.

En el pasado, Shuto Kobayashi representó a los intereses del Imperio frente a la Sociedad de Naciones. Durante esa etapa como diplomático, forjó una buena amistad con Bernhard Rust, por entonces también delegado internacional en representación de Alemania durante un breve espacio de tiempo (mientras el diplomático alemán se recuperaba de unas terribles heridas derivadas de un accidente aéreo), y se preparaba para ocupar un puesto destacado en Aggregat 5. Ambos diplomáticos forjaron en esos días una coalición ante la Sociedad de Naciones que deparó enormes beneficios para las dos naciones.

Cuando tiempo después, Bernhard Rust fue ascendido a Gauleiter en la base nazi de Marte, se pensó de inmediato en Shuto Kobayashi, antiguo amigo de éste, para que ambos volvieran a forjar la antigua alianza que los uniera ante la Sociedad de Naciones.


 

Ejército

El Ejército Imperial japonés no destaca por el número de efectivos que engrosan sus tropas, sino por la capacidad tecnológica que Hotaru implementa tanto en la flota nipona como en el armamento y mech que desarrolla para el Imperio.

A pesar de todo, el Ejército Imperial Japonés es una de las mayores potencias militares del mundo. Como ya hiciera en la Luna, sobre Marte tiene desplegados un importante número de compañías y escuadras especialmente entrenadas para operar en las particulares condiciones marcianas.

Por lo tanto, entre otras unidades de combate, en Marte destacan las siguientes fuerzas militares, englobadas en las llamadas Fuerzas de Defensa de Base Especial o Tokubetsu Konkyochitai.

  • Teishin Shudan: En Marte opera parte de la primera brigada de esta temida división del Ejército Imperial, la Teishin Shudan (división de asalto aeroespacial). La unidad cuenta con naves de transporte y asalto espacial, incluyendo los conocidos transportes blindados de ataque Kuro Sha Ku-8, fabricados por Maeda.

Al mando de la unidad está el Príncipe Kanin Haruhito, con el rango de coronel, que además detenta el mando combinado de todas las fuerzas niponas desplegadas en Marte.

  • 2ª Compañía del Tokushu Sakusen Gun: Las fuerzas especiales niponas están presentes en Marte de la mano de la 2ª Compañía del grupo de operaciones especiales del Ejército Imperial. Además, el tercer pelotón de la compañía está entrenado especialmente para operar en terrenos montañosos, adecuándose así a las duras condiciones presentes en Marte.

Esta unidad se encuentra al mando del comandante Isaku Nishihara.

  • Mech Dai-yon Shidan (4ª División Mech “Chiba-shi”): Si por algo es temido el ejército japonés es precisamente por unidades como la Mech Dai-yo Shidan “Chiba-shi”, división hermana de la no menos famosa Dai-ichi Shidan (1ª División Mech, desplegada en la Luna actualmente). Esta importante unidad imperial cuenta con los más modernos mech de combate del mundo. La tecnología implementada en sus modelos es muy superior a la de sus rivales, lo que provoca que los mech nipones posean un ratio de fuego superior a la media y sean capaces de desplazarse a una sorprendente velocidad.

Junto a esta unidad mech opera una compañía del 1er Regimiento de Ingenieros (工兵第1連隊 Kōhei dai-ichi rentai) de la 1ª División “Jade” del Ejército Imperial (歩兵第一師団 Hohei dai-ichi shidan), que se encarga de labores de mantenimiento y defensa del perímetro de la base Samurái, junto a un destacamento especial de construcción e ingeniería civil llamado el Kaigun Kenchiku Shesetsu Butai.

Al mando de esta unidad está el teniente comandante Shiori Nagura.

  • Tainan Kaigun Kōkūtai: A Marte ha sido desplazado parte de uno de los escuadrones de caza (kōkūtai) más experimentado y afamado del Ejército Imperial, comandado por el capitán Saburō Sakai. Esta unidad ha sido dotada con los modernos cazabombarderos Yokosuka D13Y “Suisei”, fabricados por Yokosuka Industrias Pesadas.


 

Al margen de las unidades militares que el Ejército Imperial tiene destacadas sobre el planeta rojo, los japoneses también posee otros servicios y agencias que complementan a su estamento militar:

  • Policía militar (Kempeitai): Esta organización, a pesar de no ser estrictamente una unidad de combate, está al mando de la disciplina y orden dentro de los territorios que posee el Imperio japonés y eso incluye el espacio. Sus funciones en Marte están supeditadas a la vigilancia y seguridad de la colonia nipona, así como a la lucha contra posibles grupos insurgentes u otras actividades criminales. La unidad está bajo el mando del capitán Shigenori Kanda, miembro de la Sociedad Dragón Negro (Kyūjitai; 黑龍會; Shinjitai: 黒龍会 kokuryūkai), un importante grupo secreto ultranacionalista paramilitar de extrema derecha japonés integrado por importantes personalidades del ámbito político, empresarial y militar, entre otros muchos activistas radicales seleccionados por sus capacidades y valía.


 

  • Servicio de Inteligencia Imperial (Tokumu Kikan): Esta poderosa agencia de espionaje y contrainformación japonesa, dependiente del Estado Mayor del Ejército Imperial (大本営Daihon'ei), es la encargada de velar por la seguridad de la sensible información que se maneja en Akagi 11. A su vez, tratan de conseguir información y códigos enemigos, para lo cual se apoyan en sofisticados sistemas de captación de señales (SIGINT). La rivalidad entre el Tokumu Kikan y la Kempeitai es legendaria. Esta unidad del Tokumu Kikan está comandada por el capitán Yanagawa Motoshige.


 


 

Sociedad

La incipiente sociedad japonesa que se concentra en la colonia Akagi 11 está compuesta mayoritariamente por personal de la propia base y funcionariado. A pesar de que la corporación Hotaru ha apostado fuerte por crear una sociedad civil no exclusivamente vinculada a la actividad de la base, aún esta población es minoritaria.

A este propósito se han habilitado niveles residenciales que lentamente comienzan a ser ocupados por ciudadanos llegados de fuera, principalmente de la Tierra, que desean ser colonos en el planeta rojo. También hay un importante número de familiares y trabajadores de las empresas de nueva ubicación que comienzan a llegar gradualmente a Marte en busca de un mercado cada vez más incipiente.

Esta política aperturista del Imperio japonés está orquestada por la corporación Hotaru, dentro de los acuerdos que se alcanzaron con el gobierno nipón. De hecho, el núcleo civil conocido como Kure está gestionado por este importante zaibatsu. Al margen de este acuerdo, y por motivos estrictos de seguridad, sólo el gobierno central de Akagi 11 está habilitado para expedir los pasaportes que permiten habitar en la colonia marciana. Quieren evitar de este modo que posibles espías enemigos o grupos insurgentes se infiltren en la base japonesa.

Kure fue diseñada para competir directamente con la ciudad lunar de Nuevo Tokio, en un desenfreno urbanístico que incluye populosos barrios, centros comerciales, parques y una variopinta actividad cultural.


 


 

Personajes destacados


 

Shuto Kobayashi

Nacionalidad: japonés

Cargo: Representante imperial en Akagi 11

Edad: 62


 

Shuto Kobayashi no es un funcionario cualquiera. La Emperatriz en persona lo designó para hacerse cargo de la colonia imperial en Marte, un cargo importante con el que se quería así recompensar los años de servicio del viejo diplomático. Pero también un astuto movimiento estratégico, ya que Kobayashi es amigo personal de Bernhard Rust, gobernante en la base alemana Aggregat 5.

Pero para el señor Shuto Kobayashi, su designación al mando de la colonia japonesa en Marte es toda una deshonra. Él, que ha dedicado toda su vida a servir a los intereses del Imperio, no tuvo más remedio que aceptar el cargo que se le ofrecía. Era lo que dictaba el protocolo: siempre anteponer los designios de la Emperatriz a los propios deseos personales. Así lo educaron siempre y así agradeció el nombramiento: en silencio y con una reverencia hacia su ilustrísima Emperatriz.

Partió pocas semanas después, con la certeza de que nunca más volvería a contemplar el azul del cielo terrestre ni a meditar sobre los asuntos del estado a la sombra de los cerezos de su jardín, que siempre le ayudaban cuando debía tomar una decisión importante. No, su vida ya no sería como antes. Ahora debía asesorar a otros, muy lejos de todo lo que conocía.

Shuto Kobayashi sabe que su nuevo cargo es fruto de la amistad con su homólogo alemán, a quien el Imperio, pese a toda su grandeza, sigue necesitando como a un hermano mayor. Y que él, asesor real, no es más que una marioneta en esta farsa.

Deshonrado, el señor Kobayashi ha decidido seguir entregando hasta el final lo mejor de su persona a un Imperio que lo ha utilizado. A pesar de todo, sigue siendo una persona honorable y trabajadora. Y piensa seguir siéndolo hasta que el tiempo marque el final de su camino.

Pero ese tiempo ya llega a su final. En los últimos días, Shuto Kobayashi ha desenvainado hasta en dos ocasiones la vieja katana ritual que se llevó consigo a aquel planeta extraño. Un triste recuerdo de su pasado glorioso. El arma de los hombres de honor, con la que mataban y también morían en rituales con los que depurar la vergüenza de su derrota. Tal vez sea el único medio de recuperar su honor mancillado.


 

Takeshi Sato

Nacionalidad: japonés

Cargo: Ingeniero de mech

Edad: 29


 

El joven Sato es una de las últimas incorporaciones en unirse a la delegación espacial de la corporación Hotaru. Su brillante expediente académico le valió una beca con la que poder visitar Marte como invitado excepcional de la compañía, un honor que le costó duros años de estudio, siempre rodeado de cables e ingenios mecánicos que él mismo construía en su cápsula de Kure.

De eso hace ya tres años. Lo que en un principio iba a ser un viaje de un mes como recompensa a su excepcional expediente académico, se ha convertido en un peregrinaje sin retorno, ya que el joven ingeniero no tiene intención de regresar jamás a la Tierra; ni la compañía Hotaru de desprenderse de su brillante talento.

En Marte, Takeshi ha descubierto un mundo que parece hecho a su medida. Acceso ilimitado a instalaciones donde trabajan las mentes más brillantes en ingenios mecánicos articulados que desafían cualquier cosa que él haya visto antes; droides con capacidades tan asombrosas que se hacen difíciles de distinguir de los humanos; ordenadores cuánticos tan veloces que se han tenido que acuñar términos que designen los nuevos parámetros de su súper computación; naves estelares capaces de cruzar el hiperespacio en tiempos asombrosos. Pero, sobre todo, en Marte ha descubierto una vocación apasionante: el diseño de exoesqueletos biónicos para ingenios mecánicos o mech.

En este terreno, el joven Takeshi Sato es el mejor. No sólo por su habilidad para reparar los modernos prototipos de mech con los que cuenta el Imperio japonés, sino también para dotarlos de sofisticados implantes que mejoran su funcionabilidad.

Para el Ejército Imperial Japonés, la habilidad de Sato con los mech no ha pasado desapercibida. Llegado el momento le será ofrecido un puesto como ingeniero jefe en uno de los proyectos más secretos llevados a cabo en la base Akagi 11: el diseño y puesta en funcionamiento de un modelo de mech avanzado, un súper ingenio mecánico en el que el Ejército Imperial lleva trabajando varios años y guarda como su mejor secreto. Un modelo de mech mucho más avanzado que nada de lo visto hasta ahora y que para Sato puede ser una oportunidad única de pasar a la historia.


 


 

Bases Dependientes

  • Base Handel-Okada: La base Handel-Okada es una pequeña construcción que se sitúa en el control fronterizo de Chryse Planitia, entre la base alemana Aggregat 5 y la japonesa Akagi 11. El control de esta infraestructura es compartido entre alemanes y japoneses, y se considera como un espacio de reunión y encuentro entre ambas naciones. Aquí tienen reuniones periódicas delegaciones de ambas potencias, donde se tratan asuntos que afectan a las dos colonias y se trazan planes conjuntos de actuación.


 

  • Base Operativa Tsushima: Al sur de la demarcación fronteriza de Akagi 11, en las estribaciones de Valles Marineris, los japoneses tienen desplegado un contingente militar compuesto por unidades de diferentes unidades, aunque sobre todo destaca la presencia de unidades mech de la Mech Dai-yon Shidan (4ª División Mech Chiba-shi). La naturaleza de este puesto avanzando de combate es salvaguardar la frontera meridional del territorio que controlan tanto japoneses como alemanes.


 


 

Tramas para aventuras


 

  • Se han registrado varios ciberataques informáticos contra los sistemas de seguridad del ordenador central Zuijin. Se desconoce quién está detrás de estos intentos de acceso a la gran computadora, pero se especula con que se trate de hackers chinos o soviéticos. Sin embargo, un seguimiento por servidor IP ha detectado que algunos de estos ataques han sido lanzados desde servidores locales en Kure.


 

  • Los radares espaciales de Akagi 11 han detectado señales de una astronave que viaja sin rumbo aparente en órbita lejana en torno a Marte. Todo intento de comunicación con la nave ha sido en vano, pues nadie responde a la llamada y el vehículo parece viajar a la deriva. Un receptor asegura que se trata de una sonda con la que se perdió el contacto a finales del siglo XX y de la que no se había vuelto a tener noticia.


 

  • Una extraña organización secreta reparte octavillas entre los habitantes de los niveles inferiores de Kure. Los investigadores sospechan que se trata de algún tipo de secta religiosa que busca captar adeptos. Sin embargo, desconocen que tras la organización se esconde un peligroso terrorista que planea atentar contra objetivos occidentales y culpar a los servicios secretos japoneses de los ataques. Sus oscuras intenciones pasan por sembrar el caos en Marte y establecer así un nuevo orden mundial.


 

  • Un dibujante de manga japonés ha desaparecido. La policía cree haber encontrado pistas en el último número de su publicación, donde se describe gráficamente cómo el héroe del cómic lleva a cabo un sabotaje en la plataforma Walküre y destruye la estación espacial.


 

  • Los servicios secretos japoneses buscan personas discretas para llevar a cabo una peligrosa misión: atravesar a pie los casi cuarenta kilómetros que separan la base nipona de sus aliados alemanes. Una vez allí, deberán ingeniárselas para acceder al interior de la colonia nazi sin llamar la atención y contactar con un extraño doctor, al que deberán hacer entrega de un sobre cerrado. La travesía es peligrosa, pero lo que encontrarán al final de su misión puede ser aún más mortal.